Solo la fotografía puede detener el tiempo.
No los grandes segundos, sino esos que apenas se sienten,
esos que pasan en un suspiro,
pero que, al ser capturados, se vuelven eternos.
En el mundo del motorsport, todo ocurre en milésimas.
Un giro, una mirada desde el casco,
el reflejo del sol sobre la carrocería,
la tensión de un equipo en boxes o el silencio antes de la salida.
Momentos que el ojo apenas alcanza a registrar,
pero que la cámara guarda para siempre.
Ahí es donde entro yo.
Busco lo que no se ve.
Lo que se siente.
Lo que ocurre entre el ruido y la velocidad.
Porque no se trata solo de coches.
Se trata de historias que se escapan si no estás atento.
Capturo instantes que no piden permiso,
pero que, una vez atrapados,
hablan más fuerte que cualquier motor.
Quiero Contarte el Significado de diferentes Fotografías
Aquí quiero explicar el porqué de varias de mis fotos y algunas anécdotas curiosas y divertidas que me sucedieron realizándolas.
Desde sensaciones de satisfacción hasta momentos de desesperación pero, siempre intentaré transmitir una moraleja que ayude a seguir adelante y a no tirar la toalla. Esto, por desgracia, es muy frecuente ya que es más fácil abandonar tras el fracaso y rendirse que persistir y triunfar.
Y con triunfar no me refiero a hacerse millonario (puede que sea una de las consecuencias de triunfar), me refiero a conseguir logros de manera progresiva que hagan que cuando mires atrás te sientas orgulloso tanto de tus logros como de tus fracasos.